REVOLUCIÓN DE MAYO
Se conoce como la Revolución de Mayo
a una serie de eventos revolucionarios que sucedieron en mayo de 1810
en la ciudad de Buenos Aires, por aquél entonces capital del Virreinato
del Río de laPlata, el cual aglutinaba territorios que hoy pertenecen
a Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, y dependía políticamente de
España. La consecuencia de la revolución fue la expulsión de su cargodel virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, y su reemplazo por la Primera
Junta.
La revolución de mayo no significó la independencia de España: la
Primera Junta aún gobernaba ennombre del rey de España que había sido
depuesto en lugar de someterse a la autoridad de José Bonaparte. La
declaración de independencia argentina tuvo lugar durante el Congreso
de Tucumán del 9 de julio de 1816.
Los acontecimientos de la Revolución de Mayo se centran en una
semana conocida como Semanade Mayo, transcurrida entre el 18 de mayo
de 1810, cuando se reúnen los primeros grupos revolucionarios, hasta el
25 de mayo, fecha de asunción del primer gobierno rioplatenseindependiente de España.
Antecedentes a la revolución
Liniers: cuestionamiento a la autoridad virreinal (1807–1809)
Retrato de Santiago de Liniers
Don Santiago de Liniers gobernaba el
Río de la Plata en tiempos en que la crisis del Imperio Hispano se
profundizó: La dinastía Borbón había sido derrocada, y el francés José
Bonaparte asumió en su lugar. La autoridad de Liniers se debilitó; los
grupos de presión, integrados por personas con intereses comunes, se
movilizaron para influir en las decisiones de gobierno. También era mal
vista su condición de francés, debido a la fidelidad que se tenía hacia
la dinastía Borbón y el resentimiento hacia los Bonaparte. Si bien el
que Liniers fuera francés era sólo una coincidencia, y que éste no
había sido nombrado virrey por España directamente sino sólo autorizado
en forma transitoria, se ponía en duda su lealtad respecto a los
eventos de Europa.
Los comerciantes ligados a los intereses peninsulares cuestionaron
el origen francés del virrey y se opusieron a las medidas que permitían
el comercio con los ingleses.
Francisco Javier de Elío, gobernador de Montevideo, mediante un
cabildo abierto, organizó una Junta de Gobierno independiente (Junta de
Montevideo) de la autoridad virreinal, que gobernó la Banda Oriental.
Los criollos buscaban alternativas para lograr una mayor
participación en los asuntos de gobierno, yen su mayoría apoyaban al
virrey, especialmente el coronel Cornelio Saavedra, criollo hijo de españoles nacido en Chuquisaca, jefe del Regimiento de Patricios.
Napoleón envió a Claude Bernard, Marqués de Sassenay, con la misión
de hacer reconocer a José I (José Bonaparte). Liniers lo recibió junto
con la Audiencia y el Cabildo, y rechazó su propuesta, pero no ordenó
su detención. Las sospechas sobre la fidelidad del virrey se
acrecentaron.
Rebelión de Álzaga
El comerciante español afincado en Buenos Aires Martín de Álzaga y
sus seguidores, hicieron estallar un movimiento con el objetivo de
separar el virreinato de la España napoleónica. El 1° de enero de 1809,
un cabildo abierto exigió la renuncia del virrey Liniers y designó una
Junta a nombre de Fernando VII, presidida por Álzaga; las milicias
españolas y un grupo de personas convocados por la campana del cabildo
apoyaron la rebelión.
Las milicias criollas encabezadas por Saavedra rodearon la plaza,
provocando la dispersión de los sublevados. Los cabecillas fueron
desterrados y los cuerpos militares sublevados fueron disueltos.Como
consecuencia, el poder militar quedó en manos de los criollos que
habían sostenido a Liniers. La rivalidad entre criollos y españoles
peninsulares se acentuó.
Los responsables del complot, desterrados a Carmen de Patagones, fueron rescatados por Elío y llevados a Montevideo.
Cisneros: último virrey en Buenos Aires (1809–1810)
Baltasar Hidalgo de Cisneros, el último virrey
Mientras, en España, la Junta Central de Sevilla decidió terminar
con los enfrentamientos en el Río de la Plata disponiendo el reemplazo
de Liniers por don Baltasar Hidalgo de Cisneros, quien arribó a
Montevideo en junio de 1809. El traspaso del mando se hizo en Colonia;
la Junta de Montevideo fue disuelta y Elío continuó como gobernador.
Cisneros, para evitar el descontento de las tropas, mantuvo los
cuerpos militares. También creó eljuzgado de vigilancia con la
finalidad de ejercer un estricto control sobre las actividades
políticas de los vecinos, la difusión de ideas y noticias. Pero ninguna
de sus medidas logró detener el proceso revolucionario.
Agitación revolucionaria en el interior
El descontento con los funcionarios españoles se manifestó también
en el interior; en mayo de 1809un movimiento destituyó al gobernador y
presidente de la Audiencia en Chuquisaca, acusado de apoyar el
protectorado portugués; el mando civil recayó en el oidor decano de la
Real Audiencia.
En la ciudad de La Paz la presión popular obligó a renunciar al
gobernador intendente; el poder recayó en el cabildo hasta que el 27 de
julio de 1809 se formó una "Junta Tuitiva" o "Junta Representativa delos derechos del pueblo".
La reacción de los funcionarios españoles sofocó estos movimientos.
El movimiento de Chuquisaca fue vencido por tropas que envió el virrey
Cisneros, los revolucionarios fueron condenados a prisión y/o
desterrados.
Causas internas
* Debilidad y desprestigio de la monarquía: la decadencia
española, fue un largo proceso que preparó el camino hacia la
revolución. En el siglo XVIII, Carlos III logró la revitalización del
Imperio, pero la excesiva centralización y la prioridad de los
intereses de la metrópoli, provocaron el descontento entre los criollos
y, a comienzos del S. XIX, el desprestigio de la monarquía.
* Rivalidad entre criollos y peninsulares: en el siglo XVIII, las
diferencias entre criollos y peninsulares se agudizaron como
consecuencia del incremento de inmigración desde la metrópoli. Los
recién llegados lograron dominar el comercio monopólico y hacer grandes
fortunas, los criollos querían terminar con la intermediación de los
españoles en el intercambio comercial, porque en el intercambio que
España hacía con otros países se les hacía un precio y lo revendían en
su país a otros.
* El sistema de funcionarios: en la organización política,
especialmente desde la fundación del Virreinato, el ejercicio de las
instituciones residentes recaía en funcionarios designados por la
corona,casi únicamente españoles peninsulares sin vinculación con los
problemas e intereses americanos. Legalmente no existían diferencias
entre españoles peninsulares y del virreinato, pero en la práctica los
cargos más importantes recaían en los primeros. La burguesía criolla,
fortalecida por la revitalización del comercio e influida por las
nuevas ideas, esperaba la oportunidad para acceder a la conducción
política.
* La iniciativa de Buenos Aires: Buenos Aires logró un gran
prestigio ante las demás ciudades del Virreinato luego de expulsar a
los ingleses durante las Invasiones Inglesas. Este prestigio fue
utilizado como argumento por Juan José Paso para justificar en el
cabildo abierto el que Buenos Aires tomara la iniciativa de reemplazar
al virrey sin consultar previamente a las otras ciudades del virreinato.
Causas externas
* El contexto de la época: la independencia de EEUU (1776) de su
metrópoli inglesa sirvió como un ejemplo de una revolución e
independencia posible, para los criollos. Además, se estaban empezando
a difundir los ideales de la Revolución Francesa (1789); y La
Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano tuvo
una gran repercusión entre los jóvenes de la burguesía criolla. Por
otra parte, Inglaterra, en plena revolución industrial, necesitaba
nuevos mercados para vender su creciente producción. Gran Bretaña vio,
en la desintegración del Imperio Hispánico, la oportunidad de lograr nuevos mercados para incorporar a sus sistema económico.
* El trono vacante: la renuncia que había forzado Napoleón de
Carlos IV y su hijo Fernando VII, reemplazados por José Bonaparte, no
había sido aceptada por los españoles. Éstos comenzaron la Guerra de la
Independencia Española y nombraron para su gobierno una Junta Suprema
Central y Gubernativa. Las colonias y virreinatos aceptaron la
autoridad de ésta, y no la del rey José.
* Causa desencadenante: invasión de Andalucía y disolución de la
Junta Suprema. El 13 de mayo de1810 llegó a Buenos Aires una fragata
que, además de confirmar que las tropas de Napoleón Bonaparte habían
invadido nuevamente España, también traía la noticia de que la Junta
Suprema estaba disuelta y que los franceses estaban sobre Cádiz. Esta
noticia, inocultable ya, le daba la excusa a los porteños para
desplazar al virrey: no existían autoridades con derecho en América. A
partir de esto se desencadenó el proceso revolucionario.
Cronología de la Semana de Mayo
Viernes 18 de mayo
El virrey Cisneros intentó ocultar las noticias llegadas desde
España. Sin embargo, el rumor había corrido por toda la ciudad. Decidió
entonces dar a conocer su versión de los hechos mediante una proclama,
intentando calmar a los criollos, y pidió lealtad al rey español
Fernando VII. Pero ya eratarde: la agitación popular se hacía cada vez
más intensa.
Algunos criollos se reunieron en las casas de Nicolás Rodríguez
Peña y de Hipólito Vieytes. El grupo revolucionario formado por estos
dos últimos y por Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Juan José Paso,
Antonio L. Beruti y otros sostuvo reuniones con Cornelio Saavedra, en
las que decidieron nombrar una comisión representativa para que pidiera
al virrey un Cabildo Abierto, es decir, una reunión extraordinaria.
Allí se discutiría si Cisneros debía seguir gobernando.
Sábado 19 de mayo
Cisneros recibió a Castelli y a Martín Rodríguez, quienes le
formularon la petición. Lo urgieron para que la convocatoria fuera
realizada al día siguiente. El virrey no se decidía, ya que pensaba que
un Cabildo Abierto podría resultar en su contra. Decidió que ganar
tiempo era imprescindible, y citó a los jefes militares para el día
siguiente, en su residencia de gobierno, el Fuerte, para saber si lo
apoyarían.
Domingo 20 de mayo
Los jefes militares se presentaron en el Fuerte a últimas horas de
la tarde. El coronel criollo Cornelio Saavedra, jefe del Regimiento de
Patricios e integrante de la Sociedad de los Siete, concurrió a la
reunión. Cuando Cisneros reclamó una respuesta a su petición de apoyo,
Saavedra respondió que debía renunciar, ya que la Junta que le había
nombrado ya no existía. Solamente defendió la posición de Cisneros el
síndico procurador del Cabildo, Julián de Leyva. Sin poder militar para
oponerse, el virrey autorizó la reunión del cabildo abierto.
Lunes 21 de mayo
A las 9, el Cabildo inició sus trabajos de rutina, pero se vieron
interrumpidos por hombres y mujeres armados que ocuparon la Plaza de la
Victoria, hoy Plaza de Mayo, y exigieron a gritos que se convocase a un
Cabildo Abierto y se destituyese al virrey Cisneros. Entre los
agitadores se destacaron Domingo French y Antonio Beruti. Cisneros,
finalmente, firmó la autorización para la anhelada asamblea del día
siguiente.
El 21 de mayo se repartieron 450 invitaciones entre los principales
vecinos y autoridades de la capital. La lista de invitados fue
elaborada por el Cabildo teniendo en cuenta a los vecinos más
prominentes de la ciudad.
Martes 22 de mayo
De los invitados al cabildo abierto, muchos no concurrieron por temor, siendo 251 los que se presentaron.
El cabildo abierto se prolongó desde la mañana hasta la medianoche, contando con diversos momentos:
1. La lectura de la proclama del Cabildo.
2. el debate, "que hacía de suma duración el acto", como se escribió en el documento o acta, y
3. la votación, individual y pública, escrita por cada asistente y pasada al acta de la sesión.
El cabildo tuvo como tema fundamental la ilegitimidad del gobierno y de la autoridad del virrey.
La teoría de la retroversión de la soberanía, reconocía que,
desaparecido el legítimo monarca, el poder volvía al pueblo; y que éste
tenía derecho a formar un nuevo gobierno.
Hubo dos posiciones enfrentadas: la del obispo de Buenos Aires,
Benito Lué, que marcaba la necesidad de no hacer cambios, y la de Juan
José Castelli, que sostenía que los pueblos americanos debían asumir la
dirección de sus destinos hasta que cesara el impedimento de Fernando
VII de regresar al trono.
Discurso de Castelli:
“ Desde que el señor Infante Don Antonio salió de Madrid, ha
caducado el gobierno soberano de España. Ahora con mayor razón debe
considerarse que ha expirado, con la disolución de la Junta Central,
porque además de haber sido acusada de infidencia por el pueblo de
Sevilla, no tenía facultades para establecer el Supremo Gobierno de
Regencia, ya porque los poderes de sus vocales eran personalísimos para
el gobierno y no podían delegarse, y ya por la falta de concurrencia de
los diputados de América en la elección y establecimiento de aquel
gobierno, que es por lo tanto ilegítimo. Los derechos de la soberanía
han revertido al pueblo de Buenos Aires, que puede ejercerlos
libremente en la instalación de un nuevo gobierno, principalmente no
existiendo ya, como se supone no existir, la España en la denominación
del señor don Fernando VII. ”
Luego de los discursos, se procedió a votar por la continuidad del
virrey, solo o asociado, o por su destitución. La votación duró hasta
la medianoche.
El resultado de la votación —69 a favor y 155 en contra[5] — resolvió que Cisneros debía cesar en el mando.
Se advertían también diferencias en cuanto a las propuestas de
formación del nuevo gobierno. Los moderados aceptaban que el mando
recayese en el Cabildo, el que debía formar un gobierno "del modo y
forma que estime conveniente". Los revolucionarios del pueblo,
encabezados por Saavedra, manifestaron "que no quede duda de que el
Pueblo es el que confiere la autoridad o mando".
Ante la duda planteada por algunos, de si podía removerse el
gobierno sin consultar a las otras ciudades, Paso adujo la llamada
teoría de la hermana mayor, por la cual era responsabilidad de la
capital iniciar el cambio, bajo la expresa condición de que las demás
ciudades[6] serían invitadas a pronunciarse a la mayor brevedad
posible.
Miércoles 23 de mayo
El Cabildo regular efectuó el escrutinio y resolvió proceder a
elegir al nuevo gobierno, "hasta tanto se congregaran los diputados que
se han de convocar de las provincias interiores". Leiva sugirió que
Cisneros fuera el presidente de la Junta que se iba a designar, y para
ello confeccionó una lista de los futuros miembros.
Los criollos Saavedra y Belgrano, miembros de la lista, se
presentaron nuevamente en el Cabildo y presentaron su renuncia. En
cambio, aconsejaron que se comunicase al pueblo que la autoridad del
virrey había caducado, que el Cabildo asumiera el mando, y que no se
acelerase la constitución de la Junta. El Cabildo accedió y se le
comunicó al pueblo el cese del virrey, pero antes de dar la noticia se
prohibió la salida de los correos al interior, para asegurarse que sólo
el pueblo de Buenos Aires estuviera informado.
Jueves 24 de mayo
Reunido el Cabildo, volvió a proponerse la formación de una Junta
presidida por el ex virrey y con 4 vocales criollos. Dicha Junta se
mantendría hasta la llegada de los diputados del resto del Virreinato.
La Junta estaba formada por:
* Presidente y comandante de armas: Baltasar Hidalgo de Cisneros
* Vocales: Cornelio Saavedra (criollo), Juan José Castelli
(criollo), Juan Nepomuceno Solá (español) y José Santos Incháurregui
(español).
El Cabildo aprobó la Junta, pero no dieron la noticia al pueblo
hasta conocer la opinión de las fuerzas militares. Éstas fueron
convocadas, y la jura se produjo a las 15.
Pero cuando la noticia fue dada a conocer, el pueblo volvió a
agitarse. Opinaban que "lo de Cisneros presidente de la Junta es igual
a Cisneros virrey". Impulsados por la tensión popular, Saavedra y
Castelli renunciaron, seguidos por los demás miembros.
Viernes 25 de mayo
Durante la mañana, en un día opaco y lluvioso, los cabildantes se
reunieron dispuestos a rechazar las renuncias, aduciendo que la Junta
no tenía facultades para negarse a ejercer un poder que el pueblo le
había conferido.
Pero los grupos de la Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo) entraron en
acción y ante el Cabildo reiteraron exigencias y amenazas. Una
delegación de la plaza exigió soluciones inmediatas y se reunió frente
al Cabildo golpeando sus puertas y exigiendo saber de qué se trata. La
asamblea reunida tomó conciencia de que la mayoría de las tropas no la
apoyaba y decidió recibir a la delegación exigiéndole que la petición
se hiciera por escrito. Horas más tarde, la diputación presentó un
documento, llamado la Petición del Pueblo, en el cual los "vecinos,
comandantes y oficiales" en nombre del pueblo, reasumían la soberanía
delegada en el Cabildo y exigían que se diera a conocer que habían
formado una Junta de Gobierno. Además, se disponía el envío de una
expedición de 500 hombres para auxiliar a las provincias interiores.
Los capitulares salieron al balcón para presentar directamente a la
ratificación del pueblo la petición formulada. Pero, dado lo avanzada
de la hora y el estado del tiempo, la cantidad de gente en la plaza
había disminuido, cosa que Leiva adujo para ridiculizar la pretensión
de la diputación de hablar en nombre del pueblo. Saavedra contestó
enérgicamente, exigiendo
“ "que se tocase la campana del Ayuntamiento, y si por falta de
badajo no se hacía uso de la campana, que se mandase tocar la generala
y que se abriesen los cuarteles, en cuyo caso sufrirá la ciudad lo que
hasta entonces se había procurado evitar." ”
Intimidado por la presión popular, el Cabildo aceptó la petición.
Por la tarde, desde los balcones del Cabildo, era proclamada la
Junta Gubernativa Provisional o Primera Junta, conformada de la
siguiente manera:
Presidente
* Cornelio Saavedra (Comandante de patricios)
Secretarios
* Dr. Juan José Paso (abogado)
* Dr Mariano Moreno (abogado)
Vocales
* Dr. Manuel Alberti (sacerdote)
* Miguel de Azcuenaga (militar)
* Dr. Manuel Belgrano (abogado)
* Dr. Juan José Castelli (abogado)
* Domingo Matheu (comerciante)
* Juan Larrea (comerciante)
Acto seguido, Saavedra habló a la muchedumbre reunida bajo la
lluvia y luego se trasladó al Fuerte, entre salvas de artillería y
toques de campana.
Circular a los cabildos de las provincias
En el acta del cabildo de Buenos Aires del 25 de mayo, se indicaba
a la Junta que enviara una circular a los cabildos de las provincias
para que envíen diputados a la capital:
“ Apartado X: que los referidos SS. despachen sin perdida de
tiempo ordenes circulares a los Xefes de lo interior y demas a quienes
corresponde, encargandoles muy estrechamente baxo de responsabilidad,
hagan que los respectivos Cabildos de cada uno convoquen por medio de
esquelas a la parte principal y mas sana del vecindario, para que
formando un congreso de solos los que en aquella forma hubiesen sido
llamados elijan sus representantes y estos hayan de reunirse á la mayor
brevedad en esta Capital. ”
La Junta envió una circular el 27 de mayo solicitando la elección de los diputados.
Consecuencias
Luego de la revolución que tuvo lugar en Buenos Aires de manera
inconsulta, las demás ciudades del Virreinato debieron pronunciarse
respecto a la misma. Esto no siempre arrojó resultados favorables. En
Córdoba Liniers encabezó una contrarrevolución, que finalizó con su
fusilamiento y el de sus seguidores. Y en tres sitios hubo resistencia
activa: en el Alto Perú, Paraguay y Montevideo, generándose así un
descontento hacia Buenos Aires que finalmente llevaría a la
disgregación del Virreinato y a que se originaran distintos países.